26.12.08

DUENDES DOMESTICOS



LOS COBLYNAU


Los primeros galeses de los knockers reciben, casi incongruentemente, el nombre de coblynau, proveniente del término ingles cobbler, que significa en realidad, “zapatero remendón”.


También sus costumbres son ligeramente distintas, pues martillan afanosamente, haciendo creer a los humanos que allí el mineral es abundante, pero todo es una burla y pronto se pierden en el interior de la mina, en medio de grandes risotadas.


En realidad, no existen muchas referencias sobre personas que hayan visto frente a frente a los coblynau, excepto la de un tal Fergus Mathy,un veterano minero de la región de Cardiff quien, en una reunión de colegas relato:


…. Había seguido el ruido de sus piquetas hasta que, al volver un recodo del angosto pasadizo que seguía, me encontré de repente en una enorme caverna, totalmente tapizada de cristales de amatista, del morado mas puro que puedan imaginarse, y algunos de ellos mas grande que mi propia cabeza. Y en medio de la cueva, sentados sobre un cuarzo del tamaño de un carro, había tres cublynau mirándome.


Ninguno de ellos me llegaría siquiera a las rodillas, aunque todos tenían la apariencia de viejos y curtidos mineros. Los mire uno por uno, deteniéndome en el del centro, que parecía el jefe; estaba con las piernas colgando sobre el borde de la amatista, vestido con un raído pantalón atado a media pierna, con un chaleco de cuero sobre el fornido torso desnudo, y cubría su cabeza con un pañuelo amarillo con círculos rojos. Sostenía sobre sus rodillas un pequeño yunque, de no mas de una pulgada de largo, sobre el cual afilaba una minúscula piqueta para su compañero, mientras el tercero esperaba su turno para que hiciera lo mismo con la suya.


Me quede tan sorprendido ante su presencia – confeso el veterano minero – que se apago la vela que llevaba en mi candil, y cuando logre encender otra los tres coblynau habían desaparecido y lo único que pude escuchar fueron sus risas desvaneciéndose en la oscuridad…….


LOS BROWNIES


Son duendes caseros y suelen apoderarse de casas desordenadas para dejar las cosas limpias y en orden, cada vez que se topan con dueños malvados hacen todo lo contrario desarreglan y hasta dañas cada objeto de una casa, pero si es lo contrario el dueño y los habitantes de la casa son buenos dejan maravillosamente impecable cada pieza y objeto con un brillo impresionante.


Sin embargo por estos esfuerzos, el brownie solo acepta un cuenco de crema, un panecillo recién hecho o una torta de miel, con lo que se daba por bien pago. Claro que estos alimentos debían ser dejados como al descuido, ya que si se le ofrecía otro tipo de pago, especialmente ropas, se ofendía y se marchaba inmediatamente de la casa.


En muchos de los hogares antiguos existía lo que se conocía como: “piedra del brownie”, lugar donde se depositaban las ofrendas; en las casas donde se destilaba la cerveza que se consumía, era costumbre disponer en la piedra del brownie un poco de la primera malta fermentada, para que de esa forma el duende vigilara y acelerara el proceso.


Una de las muestras de abnegación, esta vez de un bodach de las tierras altas que trabajaba en la granja Kirkton Manor, junto al rió Eddleson cuenta que


……. Si había una persona en el mundo a quien Nick (que así se llamaba el duende) idolatraba era a la hija de su amo, con quien compartía todos sus secretos, incluso algunos que no contaba ni a sus propios padres. Así, cuando se enamoro, fue el bodach quien primero se entero y de inmediato se encargo de ocuparse de los preparativos de la boda.


A su debido tiempo llego la época de la maternidad y cuando se presentaron los dolores del parto el amo encomendó al mozo del establo que fuera a buscar a la comadrona, pero el Eddleston venia crecido aquella noche, así que al ver que el mozo demoraba el cumplimiento de la orden fue el bodach quien monto la mejor yegua de la tropilla y salio en busca de la partera.


Al llegar al rió, Nick, sin dudarlo un instante se arrojo a las embravecidas aguas, logro cruzar el torrente y regreso hasta la rivera con la anciana matrona quien le previno:


- No pases cerca del Loch Ayr, pues podríamos encontrarnos con el bodach.- No te preocupes, buena mujer. Por esta noche, ya te has encontrado a todos los bodach con que podrías hacerlo.


Y dicho esto, lanzo la yegua a las aguas y la condujo sana y salva hacia la orilla opuesta. Al llegar a la mansión condujo a la mujer a la precensia de la parturienta y, como al regresar vio al mozo del establo que aun se estaba calzando su segunda bota, le propino una zurra que el muchacho tardo una semana en recuperarse.


NOTA:( Toda la información relatada a continuación ha sido extraída de Internet, si poseen firma o derechos de autor y éste desea que sea retirado que se ponga en contacto con nosotros y prescindiremos de estos textos de inmediato.)

1 comentario:

Yana dijo...

me encanta pasearme por tus blogs porque tienes cosas muy interesantes, este me ha gustado particularmente porque nos traes unas historias muy atrapantes que te dejan con ganas de saber m{as. Muchas gracias por la recopilación.

Nos seguimos leyendo.

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