30.12.11

El Yeti "hombre de las nieves"

El Yeti o abominable hombre de las nieves o según los lamas del Himalaya como también lo conocen como Migou es un críptido, interpretado como un simio gigante emparentado con el Pie Grande norteamericano. Ante la ausencia total de pruebas, sólo se cuenta con relatos que lo describen como un simio gigante bípedo que se cree está localizado en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya.

Historia

"Mientras iba caminando entre enebros cenicientos, oí de repente un rumor insólito, una especie de silbido que se asemejaba al grito de alerta de las gamuzas. Miré a mi alrededor y capté con el rabillo del ojo derecho la silueta de un bípedo que huía entre los árboles, en dirección al borde del claro, donde una tupida maleza de arbustos enanos recubría el pie de la pendiente. Sin hacer ruido y doblada hacia delante, la criatura seguía corriendo, se eclipsaba detrás de un árbol para volver a aparecer como un monstruo, con el resplandor de la luna a la espalda. Fue entonces cuando giró la cabeza hacia mí y permaneció inmóvil por un instante. Volví a oír aquel furioso bufido y, durante una fracción de segundo, pude ver su rostro: vi ojos y dientes, pero apenas logré distinguir forma o color. La cara no era más que una sombra gris y el cuerpo una silueta oscura, y así, amenazante, se erguía ante mí aquella figura. Era completamente peluda, tenía dos patas cortas y brazos fuertes que le caían casi hasta las rodillas. Calculé que mediría más de dos metros de altura. Aquel cuerpo parecía pesar mucho más que un hombre de idéntica estatura, pero se acercaba a la linde de los arbustos enanos a paso tan ligero y vigoroso que me causó tanto pánico como alivio. Era evidente que ningún ser humano podía correr a ese ritmo en medio de la noche, ¿pero qué animal había que tuviera una figura como la que yo acababa de observar? A lo lejos, detrás de los árboles, a la altura de los primeros arbustos, aquel engendro nocturno volvió a detenerse como si tuviera que tomar aliento. Sin girarse nuevamente se quedó inmóvil en la noche iluminada por la luna. Estaba ahí y no volvía ni siquiera la cabeza. Me sentía demasiado confundido como para sacar los prismáticos de la mochila".

De esta forma narra el alpinista Reinhold Messner su encuentro con el Yeti.

En 1921, el coronel Howard-Bury, jefe de la primera expedición británica al Everest, vio en las pendientes nevadas unas siluetas a 6.000 metros. Cuando alcanzaron aquella cota, descubrieron unas descomunales pisadas.

Son muchas las personas que aseguran haberse cruzado con el Yeti o haber hallado pruebas que delatan su existencia (pelo, huellas, etc...). No obstante la comunidad científica no considera que haya suficientes pruebas como para concluir que el Yeti sea realmente una especie animal hasta ahora desconocida.

1 comentario:

Enigmas y Misterios dijo...

Interesante el articulo, me gusta tu blog tienes cosas muy buenas. Saludos le sigo de cerca.