LAS DRAGONAS

Existe escasez de hembras en la especie dragonil, lo que favorece que éstas sean especialmente cuidadas y atendidas. Así, el macho incuba el huevo de la hembra y no lo abandona, como es común, durante su endurecimiento. El proceso de incubación es seguido paso a paso y el huevo es volteado con frecuencia.

Cuando llega la época de eclosión, el ansioso padre transada el huevo a un lugar seguro, lejos de asentamientos humanos, construye un nido protegido de miradas extrañas, y en cuanto a la dragoncita sale del cascaron, le proporciona las presas para poder comer sin arriesgarse a salir de caza. Tan pronto como la cría es capaz de agarrarse con fuerza a la espalda de su padre, este le transporta en un rápido vuelo a la corte dragonil, donde vivirá con el resto de las jóvenes hembras hasta que el Dragón padre la considere suficientemente madura para el apareamiento.